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Fugas

Núm. 14 (2024): Inflexiones

El arte: un pensamiento sin consigna

DOI
https://doi.org/10.22201/udir.2954341xp.2024.211
Enviado
3 diciembre 2023
Publicado
29-07-2024

Resumen

El presente artículo tiene como propósito plantear el problema de la obra de arte como una interrupción modulada del mundo del trabajo y de la responsabilidad moral. Es un repudio de toda ideología y de sus consignas, a izquierda y a derecha. Se revisan más de veinte autores, desde Gombrich hasta Eco, desde Hartmann hasta Francastel, desde Ortega hasta Brecht y desde Foucault hasta Comte-Sponville. La obra de arte no es nada de lo que muchos de ellos suponen, pero que así hayan podido concebirla es muy significativo: los tiempos no siempre están maduros para vérselas con ella. Los criterios zozobran, los juicios de valor desbarran y aun así las obras siguen su curso. Que la obra de arte no sea un juego sin trascendencia no significa que deje de ser un juego en una acepción mucho más profunda; que no sea mera depravación no equivale a normalizarla; que no sea la salvación de la humanidad no es lo mismo que anular sus nexos con lo sagrado, y, por último, que no sea lo absoluto no implica disolverla en un todo-se-vale o un todo-vale-lo-mismo. La obra es efecto de una facultad específica de nuestra especie: la potencia figurativa o plástica, una potencia incapaz de actuar sola y con independencia de las demás.

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